Desde que a los 15 años tuve mi primer novio, lo máximo que había durado sin una pareja habían sido un par de meses, hace unos 3 años decidí darme un "año sabático" en cuanto a relaciones, pero aunque para los demás no tuve una pareja, sí salí con alguien que alguna vez me dijo que lo único que nos faltaba para ser novios era hacerlo oficial, así que ese cuento del año sabático no me salió bien.
Después de una relación de año y medio que solo me trajo tristezas y baja autoestima, decidí en mayo del 2012 decir adiós a esa persona y darme a la tarea de aprender que valgo mucho como para que otros no me traten como lo merezco, y ahí fue cuando decidí de nuevo darme un tiempo para mi.
Ya casi voy a cumplir un año de estar sola, de no salir con nadie constantemente, de no tener pretendientes (los pocos que han aparecido los he espantado fácilmente, en eso soy toda una maestra), de aprender a estar sola y no se imaginan lo feliz que estoy, lo tranquila, que al final es lo más importante.
Analicé mis relaciones anteriores y me di cuenta de los mil y un errores que cometía, no puedo decir que aprendí a valorar a mis ex novios (mi ex esposo no entra en este grupo aún), porque eso ya lo sabía, son seres humanos maravillosos a quienes les agradezco el haber hecho parte de mi vida y enseñarme tantas cosas.
También analicé muchas veces las relaciones de los demás y me di cuenta de lo que quiero y lo que no, y aunque siempre he sabido que la monotonía daña cualquier relación, ya sé qué cosas no permitiría que pasaran si alguna vez vuelvo a tener una con alguien (NUNCA se deben olvidar los pequeños detalles, si dice que va a llamar, pues llame, no es difícil, en serio, hagan planes juntos pero también dense un espacio, etc).
Pero lo principal fue darme cuenta que no necesito a alguien a mi lado para ser feliz, que soy feliz por mi misma, que puedo reír sin necesidad de tener un hombre al lado, que mi felicidad no depende de la presencia de alguien más, que valgo la pena y que la próxima vez que me anime a tener una relación, será con una persona que no me exija, sino que me acompañe.