Hablaba con una amiga sobre las relaciones amorosas, como raro, y me contaba cómo había estado aferrada durante casi un año a un hombre que no le ofrecía lo que ella quería, pero que amaba locamente. No es una historia extraña, suele pasar más a menudo de lo que parece: mujeres saliendo con hombres que no quieren nada serio con ellas, y ellas sólo suspiran y lloran por ellos. ¿Por qué nos hacemos esto?
Pienso que el motivo de cada mujer que lo vive es diferente al de las demás, algunas pueden admirar a los hombres que, de vez en cuando, salen con ellas, y lo confunden con amor, otras están muy solas y con ese hombre se sienten algo acompañadas y por eso no quieren alejarse de ellos. Sea el motivo que cada una tenga, creo que lo único que logramos es hacernos daño, no entiendo por qué lo hacemos (algunas, una y otra vez sin salir de ese círculo vicioso).
El peor desenlace, a mi forma de ver, es el que le pasó a mi amiga: después de decidir olvidarlo, después de decirle que lo amaba y que como él no sentía lo mismo que ella, ni le daba lo que ella necesitaba, no quería volver a verlo, la respuesta del susodicho fue: yo también te amo … ahora, la duda es: ¿lo dijo porque realmente lo siente?, ¿lo dijo porque no quiere dejar esa relación que infla su ego a diario?, no importa, siempre es tarde y ya no hay vuelta atrás.
Deberíamos aprender a decir lo que sentimos, en el momento en que lo sentimos, porque normalmente, cuando decidimos hacerlo, ya es demasiado tarde.
2 comentarios:
Existe un vacio que queremos llenar, hay una felicidad que buscamos en el lugar equivocado, hay una realidad que nos negamos a aceptar. Mientras tanto seguimos por la vida dando tumbes una y otra vez. Lo paradojico es que son necesarios dichos tumbes para encontrarnos y hallar eso que tanto anhelamos encontrar, en los hombres, en el trabajo, en los bienes materiales, en los logros externos etc.
La felicidad está en nosotros, el error es buscarlo en otros. Pero también es importante expresar sentimientos, para que después no sea demasiado tarde.
Gracias por leerme nena.
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