Hay días en los que la felicidad te ronda y sientes que algo bueno va a pasarte.
Hay días en los que esa felicidad decide invadirte y no puedes evitar sonreír todo el tiempo, ahí es cuando la gente nota que estás bien.
Hay días en los que te provoca subirte a las mesas a bailar.
Hay días en los que la soledad te aturde y solo quieres que alguien te abrace.
Hay días en los que la tristeza se vuelve tan común que cualquier cosa te hace llorar.
Hay días en los que el trabajo es tu único objetivo y haces tantas cosas que te sientes una heroína, y también hay días en los que el cansancio no te deja ni moverte de tu sitio.
Hay días en los que quieres maquillarte y vestirte como nunca para salir a comerte el mundo, y otros en los que una cola de caballo en tu pelo y una sudadera vieja son tus mejores compañeros.
Hay días en los que escuchas una canción que te alegra el momento y cuando más feliz estás lees algo que logra bajarte el ánimo al máximo. Y no, no eres bipolar, eres mujer, una mujer que siente, que ríe, que llora, que vive.
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