No juegues con mi tiempo

Sé que no soy la única que odia a las personas impuntuales, pero es que el 99% de las veces llego de 10 a 15 minutos antes a las citas que tengo (sea con quién sea) pues prefiero esperar algunos minutos a estar sufriendo de pena porque otro esté esperándome; pero hay gente que realmente no respeta el tiempo de los demás.

Recuerdo que tuve un novio que llegó a recogerme a la casa 4 horas después de lo acordado y sin una excusa válida para su tardanza, por supuesto la pelea fue monumental. Después salí por muchos años con un hombre cuya naturaleza era llegar tarde siempre, ni siquiera cuando yo me empeñaba en llegar tarde para que él supiera lo que se siente esperar lograba darle una lección, pues parecía que él sabía de mi tardanza y llegaba aún más tarde.

Creo que el estar a tiempo demuestra respeto por el otro, interés en la reunión, sin importar si es una cita romántica, con algún familiar o de trabajo. Sé que en Bogotá es complicado muchas veces calcular el tiempo de algún trayecto, pero sabiendo el caos de nuestra ciudad, ¿por qué no salir unos minutos antes y así no estar corriendo para no llegar tarde a cualquier sitio?

Es entendible cuando a alguien se le hace tarde una que otra vez, pero siempre, es simplemente mala educación, y los cumplidos deberíamos aplicarle a los demás “el cuarto de hora” (si, como muchos lo hicimos en la universidad con algunos profesores), para que aprendan que nadie puede jugar con nuestro tiempo.