Volver a empezar

Tengo 31 años, he tenido varias relaciones serias, y también he salido un par de veces con tipos de toda clase, y eso me lleva a saber muy bien qué es lo que quiero en un hombre y qué no. El problema es que después de dar con tantos babosos, a veces se puede llegar a caer en el error de pensar que todos son iguales, bueno, pues todavía espero que haya alguien que demuestre que efectivamente pensar eso es un error.

Ahora la duda es, ¿sería capaz de volver a comenzar una relación seria, conocer a los amigos, a la familia y ser parte de una vida completamente extraña para mí? Creo que sería algo difícil, pero a veces pienso que podría llegar a ser interesante volver a intentarlo, pero antes de eso definitivamente tienen que demostrarme que no son como todos.

Cuando pienso en que todos los hombres son iguales, y después de haber visto el comportamiento de diferentes parejas, llego a pensar que los que son iguales son los hombres latinos. Tal vez están criados con base en el machismo, y pensando en que tener muchas mujeres al tiempo es de machos, en lugar de estar solo con una y hacerla feliz. Si, ya sé que acá saltarán todos y me dirán que ellos no son así, que ellos si respetan a una mujer cuando están en una relación seria, pero es que no es solo cuando tengan novia, también cuando salgan con alguien esporádicamente respétenla o sean sinceros, ya ella verá a qué se atiene.

Sé que no hay nadie perfecto, pero ¿podría encontrar a un hombre que además de fiel no sea un meloso que me empalague o me quite espacio?, bueno, no es lo único que pido, pero si lo más importante. Sigo en la búsqueda, y parece que voy bien, porque tengo claro que sólo volvería a tener una relación seria con alguien en quien confíe al 100%, pues es la única manera en que no salgan a flote mis celos; y si, ya lo he probado, y si puedo.

Se busca

Se busca musa vagabunda y callejera que un día, decidió hacer sus maletas y salir de mi cuarto así como llegó, sin avisar.

Ahora quedan en el tintero cuentos y posteos; abandonados están los blogs que ella alimentaba. Si alguien la ve, por favor díganle que vuelva.

Imagen tomada de: http://fineartamerica.com/images-medium/encuentro-con-una-musa-en-chicago-alejandro-flores.jpg

Voy a ser feliz

Últimamente he estado visitando muchos blogs de moda, pues el nuevo proyecto que estamos tratando de poner en marcha así lo precisa. La mayoría de las páginas que he encontrado son españolas, y aunque he hallado lo que esperaba: los accesorios que se están usando especialmente, también me he encontrado con mujeres que nos cuentan sus vidas a diario, mujeres de carne y hueso, que aunque están en un mundo tan glamuroso como este, sufren, ríen, lloran, triunfan y también caen; sinceramente es interesante leer todo eso.

Así es como buscando, leyendo e investigando, me encontré en uno de los blogs con esta imagen que me encantó, y quiero compartir con ustedes.

Un abrazo.

Tomado de: http://www.onlythebest2010.net/2010/07/que-tal-vuestro-fin-de-semana.html

Alguien

Hoy @mariacamilita me pasó por twitter el vídeo que acompaña a este post, diciéndome que Jaime Kohen la pone feliz. Antes de abrir el link pensé que el nombrado Jaime era algún humorista que no conocía, pero me encontré con un churrísimo cantante que interpretaba una canción excelente, con una letra con la que me identifico en este momento completamente, y que tiene escenas de tantas cosas que me gustan, que así como a @mariacamilita, también me hizo feliz; este hombre logró hacerme sonreir.

Recordé con este vídeo lo mucho que me gusta jugar goloza (y hace tanto que no lo hago), lo alegre que me pone bailar, y lo contagiosa que es una sonrisa.

Los dejo con esta canción que se llama Alguien, la cual no solo nos recuerda que estamos en busca del amor, sino que para eso, tenemos que amarnos primero nosotros mismos, así, tal como somos.

"Alguien" Jaime Kohen from Lavan Entertainment on Vimeo.

Relaciones a distancia

Mi primera relación a distancia comenzó en el 2006, cuando volví a tener contacto con mi traga de adolescencia, que para esa época ya llevaba viviendo más o menos 10 años en Miami. Duramos unos 6 meses así y decidimos casarnos, una decisión que terminó mal (leer: un mal matrimonio).

Luego volví a tener una relación a distancia, en el 2009 conocí por Internet a un bogotano que también vivía en Miami, pero que a diferencia de mi ex esposo, viajaba cada mes a Bogotá por trabajo; así que aunque la mayoría de tiempo él volaba por todo el mundo (no era piloto, pero si trabaja en una aerolínea gringa), yo sabía que iba a verlo durante una semana, cada mes.

Estas dos relaciones fueron completamente diferentes, pues mi ex esposo era un hombre inmaduro, que adoraba vivir de fiesta, que no tenía un trabajo fijo y a su edad (es 2 meses menor que yo), aún no había decidido qué carrera universitaria seguir; por supuesto también tenía una relación allá, de la que yo me enteré sólo después de haberme casado. De esta manera, los celos y las discusiones eran nuestro pan de cada día, así cualquiera se aburre y ningún matrimonio prospera.

Mientras tanto, mi ex novio era un hombre serio, trabajador, hogareño, mayor que yo dos años y me llamaba todos los días sin falta, estaba siempre pendiente de mi; era un hombre que me daba mucha seguridad, con el cual jamás sentí celos de ninguna clase y con el que conversando llegábamos a acuerdos sin necesidad de discutir. Esa era realmente una relación madura, de esas que me gustan.

Después de vivir estas dos experiencias, cada vez que escucho la frase: “Amor de lejos, felices los cuatro”, pienso que si, puede llegar a ser cierta, cuando las personas no están comprometidas con la relación, cuando la pareja realmente no sabe lo que quiere y sus integrantes no tienen metas en común. Yo le apuesto a las relaciones a distancia, siempre y cuando la pareja se vea periódicamente, y ambos sean lo suficientemente maduros y comprometidos para saber que una pareja es sólo de dos, no de tres o de cuatro. Conozco parejas que viven en la misma ciudad, y aún así también viven felices los cuatro, eso no depende de la distancia que exista, sino del amor y el respeto que haya entre ambos, porque la distancia la logran acortar dos corazones enamorados.

Una bogotana enamorada de su ciudad

Nacida en Bogotá, de padres, abuelos y bisabuelos bogotanos, puedo decir con todo orgullo que no soy rola, ¡soy cachaca! y agradezco mucho el haber nacido en esta hermosa ciudad, pues ella ha acentuado muchos rasgos de mi personalidad.

No me gusta el campo, soy víctima siempre de los mil y un animalitos que huelen mi miedo y me persiguen; de vacaciones me gusta ir a pueblos pequeños, pero con hoteles que me ofrezcan muchas comodidades; me hace falta el ruido de los carros, la gente caminando rápido y hasta los trancones del que todos se quejan; adoro manejar en este tráfico extraño, me gusta porque el que maneja aquí, maneja en cualquier ciudad (bueno, no sé si en el DF, parece que allá es peor), pero también me encanta que mientras los demás pelean por si alguien lo cerró o no le dio paso, yo puedo disfrutar de las montañas, los árboles y las formas de las nubes.

Adoro tener mil y un eventos a diario, y tener cercanas a personas de diversas culturas. En Bogotá encuentras obras de teatro, múltiples salas de cine, parques, ciclorutas, lo que quieras. Por eso y por las oportunidades de trabajo tanta gente quiere venir a vivir acá, por eso me molesta tanto cuando alguien que no nació acá se queje tanto de la ciudad que lo acoge, es fácil, si no te gusta, devuélvete para tu ciudad natal. Es importante recordar que si cada uno cambia lo malo, la ciudad mejorará drásticamente.

Sé que hay lugares en el mundo con paisajes más hermosos, con gente más amable, pero nada de eso cambiaría el amor y orgullo que siento por mi hermosa ciudad, por eso hoy quiero desearle un muy feliz cumpleaños a mi hermosa Bogotá.

Relaciones de igualdad

Iba en una buseta, sentada en una de las sillas que van al lado de la ventana, cuando se detuvo en un semáforo frente a Unicentro, quedamos al lado de una linda camioneta en donde se encontraba una pareja joven. Él iba manejando, no alcancé a verle bien la cara; ella muy bonita, iba al lado, con los brazos cruzados y con el bolso entre ellos, se notaba tensa. Se dio cuenta que yo la miraba.

Lo miró a él y le tomo una de las manos, él la acarició y por un segundo se veían felices, ella sonrió. De pronto él, bruscamente le soltó la mano para poner el carro en primera y arrancar, y ahí volví a ver los ojos tristes de ella, resignada, desilusionada; luego, se perdieron en la vía.

Ese tipo de escenas son más comunes de lo que pensamos, solo hay que sentarse y observar a los demás; parejas “felices” con mujeres sumisas, solo por la posición social en la que ellos las ponen.

Realmente no entiendo cómo una mujer puede aguantar tantos desplantes de un hombre, solo por dinero, ¿son mancas, cojas, o están enfermas, como para no poder valerse por sí mismas? Entiendo que a veces, cuando uno no ha tenido una posición económica alta puede llegar a deslumbrarse por lo que le muestra la pareja, ¿pero no llegará el momento en que se sienten atrapadas, desesperadas por esa vida? Y los hombres, ¿no se sienten utilizados sabiendo que solo los quieren por su dinero?

Yo lo tuve, y lo dejé. Ese mundo en donde uno manda al otro no es para mí; o somos iguales y compartimos todo, o no me sirve. Ni mantengo, ni me dejo mantener. ¿Es tan difícil encontrar una relación de igualdad?