El pasado martes 13 de abril mis abuelos cumplieron 53 años de casados. Eso es mucho aguante, ¿o no? En mi familia todo el mundo (excepto yo) se han casado con la convicción de que el matrimonio es hasta que la muerte los separe y aún más los abuelos, que jamás han pasado en separarse (menos mal que mi ex esposo es bautizado mormón, y yo tuve que casarme por lo civil, si no, estaba metida en la vaca loca). Tienen 4 hijos y además criaron a un sobrino de mi abuelita. ¿Se imaginan la casa con 5 niños casi todos de la misma edad? ¡Yo me enloquecería! Bien, pues mi abuela no solo tuvo que criarlos mientras hacía los oficios de la casa, sino que además tenía que estar pendiente de todo lo de mi abuelo y, según cuenta ella, casi obligarlo a que le pagara la universidad a todos los hijos porque el muy terco no quería; bueno, a todos menos a mi mamá que por andar de loca tuvo a esta hermosa niña que les escribe, a sus 17 años.
Así que hagan cuentas, mi abuela tenía en su casa a un hijo hombre en sus 20, una mamá adolescente (y su esposo, también de 20 años), dos preadolescentes y una nieta recién nacida (el sobrino ya se había casado para esa época); yo con eso saldría corriendo cualquier mañana, pero no, ella siguió adelante mientras su esposo trabajaba de conductor para darle de comer a toda esa gente (excepto a mi mamá, a mi papá y a mí, pues para eso mi papá trabajaba, no le quitemos méritos al hombre).
Seamos sinceros, un hogar en esta época y con esas características no sobreviviría tantos años; parece que ahora al primer problema medio complicado, culpamos al otro y ya con la solución a mano firmamos los papeles y quedamos libres de toda responsabilidad. ¿Estaremos viendo ahora los matrimonios como noviazgos con convivencia, los cuales podemos ir cambiando fácilmente sin tratar de luchar por ellos? A mi parecer muchas personas (no todas, lógicamente) nos hemos vuelto facilistas y tomamos el matrimonio muy a la ligera, así que sinceramente prefiero que la gente se vaya a vivir con sus respectivas parejas, antes de saber que van a casarse sin la preparación y el conocimiento suficiente como para afrontar este reto con madurez, y sabiendo que deben luchar al máximo para lograr un matrimonio feliz y armonioso, y así algún día, poder celebrar en familia 53 y más años de matrimonio.
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